¡Buenos días, soñadores!
Hoy Alexandra Roma nos ha contado muchas cosas sobre su próxima novela. Solo con leer la entrevista ya nos ha dejado totalmente enamoradas de la historia. ¿Queréis saber un poco más de lo que se esconde tras "Ojalá siempre"? Leed y disfrutad.
1. Sabemos
que Julien te dejó el corazón tocado, como a la mayoría de nosotras. ¿Qué
supuso para ti ponerte con este nuevo proyecto?
Recuperar
la ilusión. Volver a sentir a lo grande, que es de la única manera que merece
la pena cuando te pones detrás del teclado. Sinceramente, no creo que nunca
logre superar a Julien. Él se fue, pero se quedó. Dentro de mí. En una porción
de mi corazón que nunca logro identificar si está rota o es la más completa
porque la voz del rubio palpita allí. Vive. Está con su sonrisa que siempre
será eterna.
Sea como
sea, cuando terminé «El club de los eternos 27» experimenté algo que no me
había sucedido antes. Estaba vacía. Sin nada que contar. Empecé varias
historias y las tuve que abandonar, porque no tenían… Alma. Fue una etapa
frustrante, lo reconozco. Escribir siempre ha sido ese refugio al que escapar y
se había ido. Decidí parar hasta que llegase algo que fuese una revolución y
aparecieron Julieta y Marco. Escucharlos, aunque suene a que me falta algún que
otro tornillo, fue liberador. Un grito. Ganas de acompañarlos. Y no me
arrepiento. Ellos me salvaron. Me encontré de nuevo.
2. Hemos
leído en varios lugares que Julieta es la chica de las constelaciones y el
color amarillo, ¿qué puedes decirnos sobre esto?
Julieta no
es consciente de lo especial que es. A ella las cosas le nacen y son esos
pequeños detalles insignificantes los que la definen como, por ejemplo, la
lealtad de no dejar de inventar constelaciones porque su abuelo era un
enamorado del cielo o que su color favorito sea el amarillo, el del sol, el de
calentar a los que sienten hielo.
3. Cuéntanos
cosas sobre Marco, ¿quién es? ¿A qué se dedica? ¿Por qué tiene esa obsesión por
las canciones antiguas?
Marco es…
Cabezón, a pesar de que se empeñe en negarlo. Le gusta llevar el pelo
alborotado, la cazadora de cuero, jugar al fútbol y dibujar a bolígrafo, aunque
esto último no se lo enseñe a nadie, como el fondo de su corazón. Un secreto.
El chico que no comprendía porque Julieta estaba tan obsesionada con las
canciones antiguas, pero le grababa cintas cuando quien debía no lo hacía… Y es
que, da igual lo mucho que se hayan dicho a la cara que se odian, solo hay una
cosa que él nunca ha podido soportar, verla mal, sin importar lo que tuviese
que hacer para remediarlo.
4. ¿Por qué
has decidido llamarla “Ojalá siempre”? ¿Fue el título que tuvo desde un
principio?
Sí, desde
el inicio se llamó «Ojalá siempre» y no puedo contar mucho más porque sería
hacer un gran spoiler de la novela. Adelanto que hay un reloj de arena que
contiene el secreto del tiempo muy importante.
5. ¿De dónde
surgió la idea que dio alas a esta historia?
El libro
surgió en dos momentos. El primero durante un viaje con mi prima a La Toscana.
Ella fue quién me habló de «Ojalá siempre», el reloj y una chica en una moto
amarilla. El segundo en el coche con mis padres yendo a mi pueblo. Recuerdo que
sonó La chica de ayer y el germen de
Julieta y Marco apareció delante de mis ojos. Cante la canción de Nacha Pop en
voz alta y mis padres no se extrañaron porque es algo que es algo que ocurre
con bastante frecuencia. Solo yo supe que en cada nota les estaba dando las
gracias y, cuando llegamos a Cuenca, me puse manos a la obra. Después lloré…
Lloré feliz. Y eso que no sabía que llegarían, arrasarían y me demostrarían que
solo hay un sentimiento capaz de superar al dolor, el amor.
6. ¿En estas
páginas también conoceremos a algún personaje secundario que nos robe el
corazón?
Hay varios,
pero yo me quedo con Leo. Siempre con Leo.
7. En la
sinopsis hemos podido descubrir que se desarrolla en Salamanca, ¿por qué esta
ciudad?
Va a sonar
muy poco profesional… Sin embargo, es la verdad. Tenía claro que quería que la
novela sucediese en España. Unos meses antes había estado un fin de semana en
Salamanca y me había enamorado del huerto de Calixto y Melibea, su gente y las
vistas desde la catedral. ¡Cómo no iba a hacerlo si muestran un mar de casas dorado!
Mientras estaba allí fui a cenar a un bar que se llama Erasmus en el que la
gente de paso deja notitas debajo de la cristalera ahuecada de las mesas. Con
un par de cervezas encima, escribí la mía. Le prometí a Salamanca que le dedicaría
una historia, así que supongo que quise cumplir mi palabra. Ojalá haya hecho
justicia a una ciudad que es MAGIA.
8. ¿Qué tendrá
de especial el faro de Trafalgar?
¡Alerta
spoiler de nuevo! Puedo adelantar que la familia de Julieta, los Moreno,
veranean en Caños. Y allí existirá un sendero de pecas unidas con ceniza, un
beso y la creación de un universo con la piel, puede que varios.
9. ¿Esta
historia llevaba mucho tiempo en el cajón? ¿O surgió de forma espontánea y
tuviste la necesidad de sacarla?
La vomité.
Dios, qué mal suena (Risas). Tardó en aparecer, pero una vez empecé no podía
parar. Julieta y Marco eran adictivos. Mis ojeras y el modo en el que me evadí
del mundo durante meses dan fe de que no miento. Era sanador. Era bonito. Era
sentir. Lo terminé en Caños, escribiendo la escena de Trafalgar (no es la
última) en el sitio donde ocurría con el mismo atardecer que ellos estaban
viendo en los folios que se llenaban de mi letra irregular. Luego me quedé unos
segundos en silencio, vacía y llena a la vez, y decidí que la iba a presentar
al premio de Titania. Me acompañaban mis padres. Los tres cenamos pescadito
frito y vino dulce para celebrarlo. Me tiré los dos días que quedaban para volver
a Madrid dibujando el título en la arena del mar y soñando con que lo iban a
conseguir. Mi padre me hacía fotos. Mi madre aseguraba que lo lograría. Y,
cuando salió el fallo y supe que era finalista, sentí que Cádiz se había
convertido en uno de mis lugares favoritos del mundo.
10. ¿Puedes
mostrarnos un fragmento inédito? A poder ser uno de tus favoritos...
Aquí lo tenéis. Muchísimas gracias por dejarme
presentaros a Julieta, Marco y su mundo.
«Recuerdo el skyline
de la silueta de Salamanca. Recuerdo que sus construcciones irradiaban luz
cálida anaranjada. Recuerdo que, conforme más quería llorar, más sonreía, y que
apretaba los puños cuando intentaba decirle «te quiero» y las palabras no
salían. Recuerdo que él también abría la boca sin pronunciar nada. Pero, de
entre todas las cosas, recuerdo cuando se puso de pie de un salto y señaló con
la cabeza la moto.
—Vamos.
—¿Una última vuelta?
—La primera. —Me lanzó las llaves.
—¿Y la multa?
—Julieta, vamos a despedirnos de Salamanca haciéndole el
amor con las ruedas. No existe dinero en el mundo que pueda hacerle
sombra.
—¿Confías en mí? —Dudé con respecto a poder poner en
práctica todo lo aprendido.
—¿Alguna vez no lo he hecho, chica de las estrellas?
Quedan siete errores.
—Siete errores…
—Destinados a gastarlos contigo.
—Conmigo.
—Juntos.
Lo recuerdo porque sus manos se enredaron en mi estómago,
sus labios casi rozaron el lóbulo de mi oreja cuando susurró «dale gas» y,
contra todo pronóstico, lo hice bien. Lo recuerdo porque han pasado los años y
soy capaz de sentir el viento de frente y sus gritos a mi espalda. Lo recuerdo
porque el firmamento bajó a la tierra. Esa noche decidí que un chico llamado
Marco, al que le gustaba el fútbol, los dibujos y compartir cereales conmigo,
era mi cielo. Y, desde entonces, cada vez que miraba hacia arriba, que miro muy
a mi pesar todavía, no busco astros parpadeantes, ni fugaces, ni que desprenden
fuego. Busco una sensación. La que solo se puede alcanzar estando a su lado. La
de que las alas a veces pueden ser los pies.»
Alexandra, un vez más, agradecerte el haber participado en una de nuestra secciones. Si ya llevamos meses comiéndonos la uñas por leer esta historia, ahora el estado es aún peor. El libro saldrá a la venta el próximo día 7 de mayo y deseamos que la espera no se haga muy larga. Si queréis haceros con él, podéis encontrarlo aquí. ¡Mucha suerte!
¡Un besazo! ¡Nos leemos pronto!