¡Buenas tardes, soñadores!
Hace unos días salió a la venta la nueva novela de la autora Calista Sweet, titulada Arrivederci, Roma, con la que participa en el certamen literario de Amazon.
¿La conocéis? ¿La habéis leído? Os dejamos varios detalles sobre ella y un fragmento. ¿Os animáis a descubrirla? ¡Seguid leyendo!
1. Hace unos días salió a la venta tu nueva historia, Calista. ¿Cómo está siendo la experiencia?
Emocionante. La novela lleva apenas una semana en línea, pero ya estoy recibiendo mucho feedback y los comentarios son estupendos. Esto es muy nuevo para mí ya que me estreno con una romántica en el mundo de la autopublicación y tengo la ilusión a tope.
2. ¿Qué vamos a encontrar en “Arrivederci, Roma”?
Es una de esas historias que te despierta sensaciones cálidas. De las que te dejan sonriendo cuando cierras el libro. Contiene un amor que va más allá de los estereotipos, un pellizquito de magia, aprendizaje, frases motivadoras. Una lectora lo ha resumido en estas palabras: «Es una novela que irradia luz, un libro que te empuja a ver el lado bueno de las cosas».
3. ¿Cómo son sus protagonistas?
Muy tiernos, personas muy reales, con sus imperfecciones, que los convierten en humanos. Se complementan, pero arrastran muchos miedos. Tendrán que desembarazarse de ellos para poder acercarse y conocerse.
4. ¿Qué parte de la novela te costó más crear?
Como suele ocurrir durante el proceso de escritura, definir a los personajes y dar forma al conflicto que sustenta toda la novela es lo más difícil. Pero una vez superados estos escollos, todo rueda.
5. ¿Puedes deleitarnos con un fragmento de la historia? A poder ser, uno de tus favoritos...
Este que os copio es uno de mis favoritos porque describe uno de esos momentos en los que Lili, la protagonista, se da cuenta de que esas ideas preconcebidas que tiene sobre Silva no se ajustan a la realidad, y esto la hace mirar a su compañero de viaje con nuevos ojos.
‟Camino con este pensamiento hasta el comedor donde una apabullante realidad me abofetea: el hombre que esperaba encontrar al otro lado de la mesa ha desaparecido y en su lugar encuentro a un joven de misterioso atractivo, camisa estampada, pantalón informal y calzado deportivo. El cabello rubio, normalmente peinado hacia atrás (a excepción de un mechón rebelde que suele caerle sobre la frente), aparece revuelto y desordenado. Hasta la expresión del rostro es nueva: el rictus serio que habitualmente lo domina se ha transformado en una mueca que oscila entre la expectativa y el deseo. Sus ojos dorados refulgen cuando al verme se incorpora y me lanza una tímida sonrisa.
Vacilo antes de recorrer los últimos metros que me separan de la mesa. Me siento extraña, como sometida al vaivén de una emoción indescifrable que me sacude el pecho dejándome sin aliento.
—Buenas noches, Liliana.
Hasta su voz parece diferente. «Todo en él es nuevo y excitante», me digo. Sacudo la cabeza, tratando de apartar este inquietante pensamiento. Estoy afectada, imbuida del espíritu romántico de esta ciudad, y debe de ser por eso que visualizo una realidad paralela. Para distraerme, echo un rápido vistazo a la estancia: unas lámparas que acaban en cristalitos de colores la alumbran dotándola de calidez; suena una melodía de fondo, dulce y pausada, como esas olas que arrancan al mar los barquitos a su paso. Varios camareros situados junto al bufé derrochan sonrisas. Este ambiente no ayuda. Es un ambiente destinado ex profeso a procurar el bienestar de los clientes. Los estímulos son poderosos y yo tengo propensión a dejarme llevar. He de centrarme. Me aclaro la voz y lo saludo:
—Buenas noches, señor Silva.
Me retira la silla para que me siente. Al agacharme, su brazo me roza la cara e inhalo vaharadas de su perfume. Hasta ahora no me había percatado, pero es un aroma que tengo tan metido en las fosas nasales que podría reconocerlo a kilómetros de distancia. Si tuviera que compararlo con una situación, diría que es un atardecer en una playa gaditana.
—Puedes llamarme Silva —sugiere—. O, simplemente, Nicolás. Creo que después de todo este tiempo podemos saltarnos los formalismos y usar nuestros nombres de pila, ¿no? —propone volviendo a su asiento.
Frunzo los labios con disgusto. Definitivamente, no. No voy a llamarlo Nicolás. Nicolás es un nombre demasiado bonito; tiene fuerza, personalidad. Pero no encaja con el Silva que conozco, ese que enseña los dientes al menor desafío.
—¿Pensabas que me llamaba «señor Silva»?
Ignoro la broma y le devuelvo una media sonrisa. No sé si ha sido una buena idea hacer este viaje. No termino de sentirme cómoda. Suspiro y saco la agenda para comenzar con las anotaciones. Silva alarga la mano y me detiene.
—Es tarde y los dos estamos cansados. Quizá hablemos de trabajo, pero no hace falta que apuntes nada. —Abre la carta y sus cejas se elevan hasta el infinito cuando exclama—: Espero que tengas apetito, porque este hotel tiene uno de los mejores cocineros de pasta que hay en la ciudad.”
6. Participas con ella en el premio literario de Amazon de este año. ¿Qué o quién te ha dado el impulso para presentarte al certamen?
La curiosidad, la necesidad de probar una experiencia nueva. Y también la intuición de que el concurso me ayudará a llegar a un grupo de lectores que aún no han descubierto mi trabajo.
7. ¿Qué esperas provocar en todo aquel lector que descubra la novela?
Sorpresa. Que cuando la lean se sientan identificados con la historia y con los personajes. Que el libro les provoque emociones bonitas.
8. Algo más que desees contarnos...
Me gustaría invitaros a leer la novela, a pasearos por Roma y disfrutar de su encanto, a acompañar a Lili en sus aventuras. También quiero animar a la gente a dejar sus comentarios, es algo que a los escritores nos ayuda mucho a crecer. Y, cómo no, daros las gracias por reservarme un espacio en vuestra sección. Por apoyarme con cada uno de mis proyectos. ¡Ahí os mando un abrazo de oso!
¡Gracias a ti, Calista! ¡Muchísima suerte!
¿Os ha gustado la entrevista? Podéis adquirir la novela aquí. ¡No os la perdáis!
¡Arrivederci, soñadores!