Sinopsis
«Ray Donnelly supo que aquella sonrisa
desobediente le traería problemas. Esa chica de Boston era de las que miran a
los ojos y trituran las aceras a golpe de tacón».
Durante la primavera de 1921, Helen McKerrigan-Montero viaja a Nueva York para acompañar a su hermana Laura, a punto de dar a luz. Debido a una absurda confusión, se convierte en el objetivo de una banda de gángsters de los bajos fondos. Para su sorpresa, el responsable de su protección es alguien a quien no ha podido olvidar.
El comisario Ray Donnelly asume el deber de
proteger a Helen hasta ver entre rejas a quienes dispararon contra ella.
Mientras resuelve el caso, debe alejarla del peligro de Manhattan, por lo que
decide esconderla en la granja de sus padres en Germantown, hasta el día en que
ambos deban declarar en el juicio. Allí, Helen, conocerá a una personita que le
robará el corazón.
Pero Helen no es una mujer dócil ni hogareña; es
apasionada, rebelde, decidida, coqueta y posee una lengua demasiado afilada
para Ray, que ya ha conocido a muchas mujeres sofisticadas y huye de ellas con
desesperación. Sin embargo, cada día que pasa en su exasperante compañía,
intuye que le será muy difícil decirle adiós.
Opinión
personal
Un libro nuevo de Olivia Ardey
siempre es imprescindible en mi estantería. Desde que salió a la venta y llegó
a casa, estaba esperándome en un lugar privilegiado a que lo leyese. He tardado
en hacerlo porque sentía que no era el momento, pero la semana pasada si lo fue
y lo devoré en pocos días. De entrada, la portada es una maravilla que invita a
adentrarte en la historia. Es como el bonito envoltorio de un regalo que te da
pena rasgar aunque sabes que lo mejor está en el interior. Cuando la vi por
primera vez me enamoró pero os puedo asegurar que el contenido lo ha hecho aún
más.
Nos encontramos como protagonistas a
Ray y a Helen. Ray Donnelly es comisario en la ciudad de Nueva York. Es un
hombre de ideales y convicciones fuertes, que cree en la justicia y que se
desvive por su familia, la cual regenta una granja en Germantown. Especialmente se desvive por Oliver aunque no lo demuestre,
un pequeño hombrecito de siete años, feliz pero algo inseguro debido a un problema
de salud presente desde su nacimiento. Helen McKerrigan-Montero es la hermana
viuda de Laura, la protagonista de Delicias y secretos en Manhattan. Helen, se
encuentra pasando unos días en Nueva York con su hermana y el esposo de ésta para
estar presente en el nacimiento de sus sobrinos. Una confusión con bolsas
idénticas durante la compra de un regalo para los bebés, la pone en el punto de
mira de un grupo criminal. Ray, como gran amigo de su cuñado Kenneth y gran
policía, se ofrece a ayudarla y protegerla y para ello toma la decisión de que
se hospede en la granja de su familia. La llegada de Helen a la vida rural
supondrá un antes y un después en la vida de toda la familia, incluso en la de
Ray y en la suya propia.
Helen ha cambiado. Vemos a una mujer
distinta a la que conocimos en Delicias y secretos en Manhattan. Está muy
segura de sí misma, tiene una mente abierta para la época y es tremendamente
sincera. Prefiere gastar su fortuna en hacer feliz a la gente que le rodea aún
sin contar con la opinión de los demás. Cree que todo lo que hace es correcto
si es por el bien de la persona, sin darse cuenta que siempre no es así. Este
tema, junto con la diferencia abismal de los mundos en los que se mueven, serán
una constante en cada discusión entre Ray y ella. Sin embargo, siente un
profundo anhelo en su corazón que mantiene en secreto, pero cuando conozca al
pequeño Oliver, ya no lo será tanto, se aligerará ese pesar que la acompaña.
Nuestro comisario está harto de chicas parecidas a Helen. Parecidas, porque cuando
la conoce en profundidad se da cuenta que no es como él creía, no hay nadie
como ella. Es tenaz, orgullosa, apasionada, generosa, noble y nunca se calla lo
que piensa. Eso lo exaspera y lo atrae a partes iguales. Cuando comienzan un
idilio sin pretensiones por ambas partes, caen en la cuenta de que ya no pueden estar
separados.
Ha sido todo un lujo poder disfrutar
de esta historia preciosa. Me he sentido como en casa al volver a saber de
Kenneth, Laura y el resto de personajes que ya conocimos en Delicias y secretos
en Manhattan (mi novela favorita de Olivia) y ese epílogo ha sido a la vez
bonito, emocionante y triste, porque ya tienes que decirle adiós a la vida que
has vivido junto a los protagonistas. Si queréis leer una historia romántica,
pasional, tierna, emocionante, con un punto de intriga y unos personajes
reales, bien definidos, con caracteres opuestos pero a la vez tan parecidos
como para complementarse a la perfección, este es vuestro libro. Una gran
novela para disfrutarla sin prisas y con ganas de enamorarte.
Puntuación:
4.5/5