Autora: Anna García
Sinopsis
A veces nos olvidamos de que, aunque
esté nublado y llueva, termina saliendo el sol.
Connor
ha dejado todo atrás. Familia, amigos y, sobre todo, a Zoe. Incapaz de verla
feliz en brazos de otro, tomará la determinación de alejarse, aunque a pesar de
la distancia será incapaz de olvidarla, porque todo le recuerda a ella.
Herido,
enfadado consigo mismo y perdido, intentará reencontrarse siguiendo los pasos
de su padre, tal y como él le ha pedido. Un viaje en el que conocerá gente que
cambiará su manera de ver las cosas, que le ayudará a profundizar en sus raíces
irlandesas. Un viaje para intentar recomponer su existencia…
Opinión personal
Tras el desenlace de la primera parte de esta historia,
llegó el momento de descubrir qué ocurre con Connor y Zoe y el resto de
personajes. Todo quedó claro tras lo que pasó y ambos protagonistas saben que
no pueden volver a estar juntos. El dolor es aún demasiado intenso. Deberán
empezar de nuevo y retomar sus vidas, rehacerse de nuevo para seguir adelante.
Pero, ¿podrán hacerlo sin estar juntos?
En esta nueva entrega de la historia de estos hermanos
vamos a ver cómo encauzan sus vidas. Kai y Sarah se adaptarán a una vida en
familia, tendrán sus más y sus menos pero lucharán por salir adelante. Evan es
consciente de que lo que sintió una vez, no tiene nada que ver con lo que
siente cuando está con Hayley. Se entenderán a la perfección y se arriesgarán a
vivir su historia de amor. Y Connor y Zoe son el punto y aparte. Tienen que
reencontrarse a sí mismos y necesitan hacerlo por separado. La traición, la
pena y la distancia pesan demasiado entre los dos y cada vez les alejan más.
¿Pueden olvidarse fácilmente cuando todo les recuerda a lo que ya tuvieron y se les escapó entre los
dedos? Cuando hay presente un amor como el suyo, ¿ todo merece la pena? Lo
descubriréis leyendo la novela…
Connor tomó inmediatamente la decisión de alejarse. Su
padre le puso en el camino adecuado y él estuvo dispuesto a marcharse si con
eso lograba olvidar. Los remordimientos y la culpa forman una losa que está
destrozando su corazón a pasos agigantados. Sabe que hizo mal y que Zoe no
puede perdonarle; hay errores que no tienen perdón. Pero por eso mismo debe
irse, no soporta la idea de que, en un día no muy lejano, ella encuentre a
alguien con el que compartir su vida y él no puede ser testigo de ello. Seguirá
las huellas de Donovan en el pasado y conocerá sus raíces irlandesas, lo que
incluye a parte de su familia. Allí, entre recuerdos y paisajes donde el color
verde es el predominante, se reconstruirá, dejará que el viento arrastre el
dolor y vuelva a ver con mediana claridad qué es lo que desea y necesita para
ser feliz. Zoe, por su parte, intentará seguir adelante. Conoce a gente nueva,
no se aleja de la familia que tan bien la ha acogido y tiene la inmensa suerte
de que, gracias a Connor, por fin va a dedicarse a lo que más le gusta. Pero
todo ello no brilla de la misma forma. Le necesita a él para vivirlo
intensamente. Las heridas sanarán pero las cicatrices amenazan con quedarse y
ser visibles, la verdad saldrá a la luz. Deben estar preparados para superar
sus miedos y arriesgarse, ya que la vida es corta y solo se vive una vez.
Esta segunda parte sigue la misma línea que su
predecesora, aunque la trama es más intimista e intensa. El ritmo de la
historia no decae en ningún momento y, nada más empezar a leer, no puedes parar
hasta que llegas y descubres el final. Los personajes están genialmente
construidos y aquí se vuelven más cercanos y humanos. Más reales. Sentimos en
nuestra propia piel lo que ellos sienten y van viviendo. Nos mantenemos a lo
largo de las páginas ancladas en una montaña rusa de emociones y con los
sentidos alerta. Todos evolucionan, pero los protagonistas crecen y
maduran, conociéndose y reconstruyéndose
a cada paso, siendo capaces de buscar su propio final feliz y protegiéndose a
pesar de la distancia. Ha sido una delicia dejarme envolver por la pluma
sencilla y fascinante de la autora. Y qué decir del epílogo, yo que adoro los
epílogos. En esta novela hay tres por falta de uno, y cada uno igual de
especial que el anterior. Y es que pueden pasar años pero el amor y la familia
siempre perduran. Felicidades, Anna.
Puntuación: 4.5/5
* Gracias a la
editorial por el envío del ejemplar.
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