25 nov 2015

Queda mucho por sentir

Me despierto en un día cualquiera de una semana cualquiera con la misma sensación de los últimos meses. Al girarme en la cama me doy cuenta que el lado contrario vuelve a estar frío. En el baño encuentro la prueba de nuestra enésima discusión: un test de embarazo con resultado negativo, para no variar.

Salgo al pasillo y llego hasta la cocina, y ahí está él. No nos hablamos, ni nos miramos. ¿Quién nos iba a decir hace unos meses que nos comportaríamos como dos extraños? Desayuno sumida en mis pensamientos, de los que despierto con un sonoro portazo. Me quedo embobada mirando hacia la puerta cerrada y me dejo caer al suelo mientras las lágrimas se deslizan raudas por mis mejillas, < ¿cómo hemos llegado a esto? >, pienso una y otra vez.

No sé cuánto tiempo llevo ensimismada con el murmullo de la televisión de fondo, cuando un terrible estruendo me sobresalta. Mientras observo por la ventana una enorme columna de humo que se eleva hacia el cielo, un rótulo de color rojo llama mi atención en la pantalla del televisor. La taza de café se escapa entre mis dedos y se estrella en el suelo desintegrándose en mil pedazos. Camino como puedo y temblando hacia el dormitorio y me visto con lo primero que encuentro en el armario.

Diez minutos después me encuentro corriendo calle abajo. Tres manzanas distan hasta el lugar donde se ha producido la explosión. Corro desesperada, limpiándome las lágrimas a manotazos y repitiéndome una y otra vez el mismo mantra: No por favor, no, no, no….

Por mi mente, a la misma vez, se suceden miles de imágenes que componen toda nuestra historia: el día en el que cruzamos nuestras miradas en aquel bar, la dulzura con la que me hizo el amor por primera vez, su sonrisa reflejada en mis ojos cuando apareció el positivo en la prueba de embarazo, sus lágrimas derramándose por su precioso rostro mientras que con sus pulgares secaba las mías tras el primer aborto… Miles de sensaciones sacuden mi cuerpo, igual que las cosquillas que aparecían en mi estómago cada vez que me rozaba… ¿De qué sirve todo si no lo tengo a él? ¿Cómo me he atrevido a juzgar cómo se siente? ¿Cuándo dejamos de hacer el amor para interpretar actos coreografiados? ¿Cuándo nos hemos perdido el uno al otro?... Y sin darme cuenta, me encuentro suplicando no sé a quién: Dame tiempo, por favor…, todavía nos queda mucho, nos queda mucho por sentir, y juntos, siempre juntos…

Levanto la vista y me detengo en seco ante el caos que se despliega ante mí. Sólo me queda gritar su nombre hasta desgarrarme por dentro. Varios sentimientos imposibles de diferenciar sacuden mi cuerpo: miedo, angustia, pánico…

Intento avanzar unos metros hasta que un agente de la autoridad me impide el paso. Pregunto y pregunto y siempre obtengo la misma respuesta: nada. Con la desesperación dibujada en la cara parece, por fin, que alguien se apiada de mí Sólo tenemos el listado de los vehículos implicados en el choque múltiple, señora, me dice. Y ahí está. En letras mayúsculas y de color llamativo. Algo que me he negado a creer desde que salí de casa. Cuatro dígitos. Cuatro simples números que acaban de desbaratar toda mi existencia, que me empujan hacia un precipicio en el que caigo sin control. Ya no existen las discusiones, las malas caras, los silencios incómodos, nada importa. Sólo queda el dolor. Me desplomo en el suelo y hago lo único que puedo hacer, aunque ya no esté, aunque ya no pueda oírme, llamarlo, gritar su nombre una y otra vez.

Estoy inmóvil, no siento, no escucho. Soy como una muñeca rota, destruida,... Hasta que un escalofrío recorre mi columna vertebral y despierta todos mis sentidos. Alguien me susurra al oído:  Shh, soy yo, estoy aquí…contigo…juntos, ¿recuerdas?










4 comentarios:

  1. ¡Los pelos de punta tengo!
    Me has enganchado desde la primera palabra. ¡Alucinante! Sois unas escritoras estupendas.

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  2. Ohhhhhhh, se me han saltado las lágrimas, que triste, no puede acabar asiiiiiiii. Maravilloso. 😙😙

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  3. Me ha encantado Rocio, me ha parecido genial.

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  4. Lo leí en su momento y me encantó, igual que me vuelve a encantar ahora. Tienes un don: poténcialo ;-)

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