Llevo tanto tiempo sintiendo esto
que me oprime, que si en este momento pudiese introducir las manos en el
interior de mi pecho y extraer todos los sentimientos que me atormentan, estoy
segura de que entre todos ellos conseguiría encontrar aquellos que me hacen más
feliz. Y si no fuese así, al menos lograría sentirme mucho más aliviada.
Por
otra parte, quiero decirte tantas cosas que no sé ni por dónde empezar. Por un
lado, todo a nuestro alrededor es bueno, bonito y hecho de amor; sin embargo,
por otro, una lúgubre oscuridad lo cubre nuestro mundo. Así que, pensándolo
mucho, creo que lo mejor será desprenderme de todo esto que me hace daño y me
comprime el corazón. Debo soltarme de tu mano, caminar ligera de equipaje y
volver a volar lejos de esa ancla que me mantiene atada a esta realidad.
Necesito
liberarme, sentir que ya nada me retiene, pero, sobre todo, siento la necesidad
de centrarme en mí, fijar esos objetivos que me lleven hacia esos sueños que
dejé de lado, sin cumplir. Lo hice por voluntad propia y no te recrimino nada,
pero después de tantos años, me estoy dando cuenta de que no me ha compensado
el seguirte, fueses donde fueras. Ese espejismo de pareja perfecta y bien
avenida se ha desvanecido ante mis ojos, lo que ha hecho que me de de bruces
con una mujer que ya no es feliz. Poco a
poco me he ido convirtiendo en un ser callado y robotizado, carente de
sentimientos pero sobre todo falto de amor propio. Y ha llegado el momento de
romper todas esas cadenas que me lastran, es el instante perfecto para comenzar
a pensar en mí. En ser feliz únicamente yo, con mis rarezas, mis imperfecciones
y todo lo que soy.
Imágenes Google |
Precioso relato, y pasa más de lo que debería que con el paso del tiempo nos damos cuenta que no somos felices, a mi me encanta leer pero no me sale decir estas cosas tan bonitas, no valdría para escribir. Un saludo
ResponderEliminarMe encanta todo lo que sale de esas cabecitas prodigiosas
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