¡Hola soñadores!
Esta semana os traemos una entrevista de la autora Mavi Tomé. Esta escritora nos visitó en uno de nuestros Cafés literarios, sin embargo, nos apetecía entrevistarla, ya que muchos nos quedamos con las ganas de conocerla un poco más. ¿Queréis descubrir los detalles que nos ha contado? ¿Cuáles son sus siguientes proyectos? Seguid leyendo...
1. En
primer lugar, gracias por permitirnos hacerte esta pequeña entrevista para que
tus lectores, incluidas nosotras, puedan conocerte un poquito más.
Las
gracias a vosotras, por dejarme este pequeño huequito para que me conozcáis
mejor ;)
2. ¿Cómo
nació Mavi Tomé?
Uy, Mavi Tomé nació como todo el mundo nace: sin
esperarse, de casualidad... Podría haber sido Mavi, o Elena, o Sofía... Y
seguiría siendo la misma persona. Lo que está claro es que hay una diferencia
entre Mavi Tomé – persona (mucho más tímida, aunque muy observadora), que Mavi
Tomé – escritora (más soñadora, sensible y segura de sí misma).
3. ¿Escribes
desde que eras muy pequeña? ¿O empezaste a hacerlo de mayor?
Creo
que escribo desde que aprendí a escribir, con cuatro o cinco años. Al
principio, escribía cuentos de lo que me rodeaba: las travesuras con mis primos
en el pueblo, los juegos del patio del colegio, la historia de un perro que se
nos perdió, e incluso sobre una historia que nos contaba mi prima mayor para
que le acompañáramos a buscar agua a una fuente natural que había cerca de la
finca que mis padres tienen en el campo. La “Leyenda del Hada de Rosa Flor”, se
llamaba.
Tuve
un parón en la Universidad, eso sí, a consecuencia de los estudios y de una
depresión por la que atravesé y que me hundió totalmente. Aunque para alcanzar
el cielo, a veces es necesario conocer el infierno, así que, una vez salí,
retomé la escritura y... ¡Aquí estoy! Y estoy aquí para quedarme.
Madre
mía, muchas veces. ¿Quién no ha recibido un “no”? Creo que en el camino para ser un buen
escritor son necesarios los “noes” al igual que los “síes”. Aun
así, eso no debe frenarnos ni suponer un trauma: debe servir para seguir
trabajando y seguir mejorando. Al fin y al cabo, muchos grandes escritores,
como JK Rowling, recibieron muchas negativas antes de dar con la tecla
adecuada.
Hay
un lema que siempre tengo presente referente a ese tema: “Nunca te lamentes de
no conseguirlo. Laméntate de no haberlo intentado”.
5. ¿Qué
sentiste al publicar tu primer libro?
Fue
un subidón. Una pasada... Acababa de pasar por un rechazo muy grande: me habían
suspendido en las oposiciones y pensaba que no valía para nada de lo que me
propusiera y, de repente, llegó “Encrucijadas”. Y luego llegó “Palabras
Mayores”... Y por fin, “La Menina del Louvre”.
6. ¿Y al tenerlo por primera vez en tus manos?
Fue
una mezcla de emociones muy extraña: alegría por haber realizado un sueño,
orgullo por descubrir que aquello que era mi hobby era lo que realmente me
aportaba más satisfacciones y tristeza porque el proceso llegaba a su fin. Al
fin y al cabo, la publicación es el paso último que sigue todo libro. Ahí, se
acaba todo. O comienza todo.
7. ¿De
dónde nacieron Artal y Aurora ("La Menina del Louvre")?
Artal
y Aurora nacieron de un sueño... Un ideal... Una noche soñé con ambos y me
impactó mucho aquella historia. Yo era una espectadora imparcial, una especie
de espíritu que los observaba, pero que sentía lo mismo que ellos: su amor, sus
indecisiones, sus miedos... Sabía que no podían quedar en eso y decidí
inmortalizar aquella historia: investigué, indagué, escribí, pulí... Y así
nacieron.
Más
bien, al contrario. Artal no está inspirado en nadie de mi entorno. Más bien,
la gente siempre lo identifica con mi marido, pero no es nadie que comparta su
vida conmigo, aunque sí que hemos coincidido recientemente en las redes. Él ya
sabe que el personaje está basado en él mismo y ya me ha confirmado que se ha
hecho con un ejemplar de “La Menina”. Y le está gustando...
Puede
parecer anacrónico, pero hubo muchas “Auroras” en esa época, pero de pocas se
escribió. Hubo mujeres que se salieron del canon establecido para vivir una
vida según sus ideales. Ahí tenemos a Cristina de Suecia, que nació Reina y
abdicó porque no quería ser un títere de una Corte que la trataba como una
marioneta; a Catalina de Eraúso, la “monja alférez”, que se travistió
como un hombre para no ser una máscara de sí misma y no acabar sus días en un
convento (del que se escapó a la mínima); e incluso la actriz María Calderón, “La
Calderona”, pese a ser la amante de Felipe IV, gozó de una erudición y un
poder que pocas actrices gozaron...
También
es una época en la que se está produciendo un despertar de las mujeres a la
cultura: comienzan los clubes de lectura, las charlas literarias... Y, puede
parecer paradójico para una época tan opresiva como era el Barroco, pero
aparecen también las mujeres espías (más discretas que los hombres y algunas
tan peligrosas como hermosas).
Hubo
muchas Auroras, pero, como siempre digo, la Historia siempre la escriben los
poderosos. Se ha escrito mucho de princesas, de reinas, pero poco de meninas.
Sin embargo, ahí estuvieron.
10. Leyendo
la “menina” nos hemos dado cuenta de la gran labor de documentación que has
llevado a cabo. ¿Dedicas mucho tiempo a documentarte sobre las épocas y los
lugares donde desarrollas tus historias? ¿O sueles ubicarlas en épocas que
dominas y conoces?
Antes de escribir una novela histórica, es importante
documentarse. Podemos tener un conocimiento parcial sobre la época sobre la que
queremos escribir, pero éste siempre resultará limitado: hay que ir más allá y
no sólo indagar sobre acontecimientos y personajes. La medicina, las leyes,
incluso las catástrofes naturales son puntos a tener en cuenta.
Por ejemplo, hay algo que me dijo una persona cuando
leyó “La Menina”, referente a dos cuestiones que le habían sorprendido:
que no había violines en el baile que Luis XIV celebra en la Corte y que en
Francia llovía mucho. Aunque parezca increíble, en Francia llueve más que en
Inglaterra. Pese a la imagen nublada que nos pintan siempre en todas las
películas, en contraposición con la de “Ciudad de la Luz” que se ha
ganado París, es un dato empírico que en tierras francesas llueve más que en
Inglaterra. Y, respecto al violín, no podía reflejar uno, puesto que el violín,
como tal, se inventó unos años después a los hechos que se narran en “La
Menina”. En esa época, había un instrumento muy similar, aunque pensé que
era mejor no mostrarlo, porque podría dar lugar a error y, aparte, no era
frecuente su uso en la Corte en esa época.
Así, mis investigaciones hicieron que mi conocimiento
sobre esa época se ampliase. Jamás podemos decir “conozco una época” si
no vivimos en ese momento. Hay que llegar al núcleo de la Historia.
¿A quién no le gustan los mosqueteros? Tienen fama de
caballeros, de nobles, pero no es menos cierto que todos competían entre ellos
por ver cuántos matrimonios rompían. Especialmente, los cadetes de Gascuña eran
los más “rompecorazones”. Aun así, creo que elegí una historia de mosqueteros
porque me pareció el contrapunto perfecto entre la moral de Aurora (española
sacada de su país, más retraída al principio) con respecto al libertinaje de
Francia.
Además, que siempre ha sido un tema que me ha
fascinado desde pequeñita.
12. Artal
es un mujeriego empedernido y un hombre que solo ve a las mujeres como míseros
objetos de los que sacar el mayor provecho. ¿Qué le da Aurora para hacerle
cambiar tanto?
Creo que Aurora lo que le da es un desafío: es una
mujer que no quiere acostarse con ese hombre de primeras. Ella quiere que la
quieran por lo que es, por lo que siente. De hecho, cuando tienen su primer
encuentro fuera de Versalles, es ella la que le dice: “Oye, majo, detente,
que quiero ir despacito”. Es como cuando le enseñas un caramelo al niño y
le dices: “Ganátelo”. Artal ve en los ojos de Aurora inteligencia, una
mujer que le sostiene la mirada, que no emplea la coquetería con él para
atraerlo. Y sabe que es una mujer que podría tener a quien quiera a sus pies,
por su belleza, pero ella no alardea de eso.
Creo que es eso lo que atrae a Artal: el conocer a una
mujer que usa la cabeza y no su cuerpo y que quiere que la traten como un
igual.
13. ¿En
qué proyecto estás inmersa en estos instantes? ¿Puedes darnos algún
adelanto?
Hay varios proyectos a la vista...
En julio publicaré la novela romántica “Lo que te
conté cuando nadie nos veía”. Trata de una despedida de soltera a bordo de
un crucero, y en ella combinaré la narración autobiográfica con el narrador
omnisciente (en tercera persona). Combina la comedia romántica, la erótica y la
literatura de viajes. Creo que será muy entretenida de leer y muy divertida,
puesto que tiene varios momentos desternillantes que sacarán más de una sonrisa
(algunos basados en experiencias reales).
Por otro lado, un par de escritoras y yo andamos
inmersas en la redacción de un libro de cuentos del que, por ahora, no puedo
dar muchos detalles, por encontrarse en fase de gestación.
Y, por último, también está en marcha la segunda parte
de “La Menina del Louvre”, que nos trasladará al Madrid de los Austrias
y al sitio de Breda. Todas las tramas quedarán cerradas y conoceremos, por fin,
el origen de Aurora y cómo seguirá (o no) su historia con Artal.
Pues poco más, salvo daros las gracias por haberme
hecho un huequito en vuestras vidas y por difundir la obra de autores noveles
que, como yo, intentan abrirse paso en un mundo difícil.
Y a los lectores, gracias por leerme. Y, por supuesto,
os animo a que descubráis la historia de Aurora y Artal ;)
¡Y esto es todo, chicos! Esperamos que os haya gustado la entrevista y os animéis a darle una oportunidad a "La Menina del Louvre" (Reseña aquí). ¡Feliz tarde!
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