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27 oct 2017

Descubriendo más de... Una caja de discos viejos y unas gafas de sol de 1964. Todo lo que encontré (Cristina Prada)

            ¡Hola soñadores!

          Os traemos hoy este post especial para descubrir algo más sobre la nueva novela de Cristina Prada, Todo lo que encontré, que saldrá a la venta el próximo día 31 de octubre y que supone el desenlace de la bilogía Una caja de discos viejos y unas gafas de sol de 1964. ¡No os la podéis perder!


     1.      Cristina, tras el final de infarto de la primera parte de esta bilogía, vuelves para deleitarnos con el desenlace de la historia entre Cande y Sergio. ¿Qué nos vamos a encontrar?

Esta es una pregunta que parece fácil pero que en el fondo no lo es, jajaja. Creo que vamos a seguir encontrándonos con la historia de dos personas que quieren estar juntas, pero a las que las cosas se le están complicando demasiado. A veces construimos un muro a nuestro alrededor y es muy difícil tumbarlo, incluso por nosotros mismos. Sigue siendo un libro sobre el amor de verdad y el valor que tiene.

     2.      ¿Cande seguirá empecinada en destrozar la coraza de Sergio de una vez por todas?

En este libro Cande sufre una gran transformación/evolución, por otra parte es lo normal después de lo que le ha pasado, y va a acabar metida en una serie de situaciones de las que intentará escapar. Ella está loca por Sergio, pero, después de cómo acaba el primer libro, también lo odia con todo su corazón, así que imaginaos la situación, está un poco tensa, jajaja.

     3.      ¿Sergio se dejará llevar y se atreverá a sentir de verdad por fin? ¿Reparará los corazones rotos que dejó en el inesperado desenlace de Todo lo que perdí?

Definitivamente sí y sí. Sergio también sufre una gran evolución a lo largo de esta segunda parte de la historia y creo que logra redimirse de todo lo que hizo.

    4.      En la primera entrega vivimos la relación entre los protagonistas como si estuviésemos en una montaña rusa de emociones. ¿Seguirá siendo así de nuevo?

Sí, es un amor un poco truculento, pero, como decía antes, se quieren muchísimo y eso se respira incluso cuando más se odian. Suben, bajan en esa montaña rusa, pero siempre puedes ver en cada línea cuanto se aman.

     5.      ¿Cómo evolucionarán ambos hasta lograr lo que desean?

           Luchando muchísimo y dando un paso adelante cuando toca.

     6.      ¿Qué reacciones esperas provocar en los lectores?

Espero que sigan sintiendo que es amor de verdad, tocarles el corazoncito. Espero que sigan identificándose con Cande, o, por lo menos, entendiéndola. Y espero que se enamoren aún más de Sergio.

     7.      ¿Nos puedes deleitar con algún fragmento de la novela?

           ¡Será un placer!

El pitido del ascensor indicando que las puertas van a abrirse atraviesa el ambiente mezclándose con el tecleo, la punta de los bolígrafos sobre el papel y el rumor de los comentarios ocasionales, y también con unas pisadas cada vez más aceleradas.
Sólo un segundo después, Sergio irrumpe en la sala desde el pasillo que conduce al despacho de Paula. Clava sus ojos azules directamente en mi mesa, en mí, a la vez que se frena en seco. Parece aliviado y tenso al mismo tiempo, como si la mente en este preciso instante le funcionase a mil kilómetros por hora.
Da un paso más en mi dirección y vuelve a detenerse, conteniéndose.
Estoy enfadada, asustada, triste, feliz, y me odio un poco más a mí misma por esta última parte. 
Quiero saber cuándo voy a dejar de sentirme así. Ahora mismo es lo único que quiero.
—Señorita Martín, a mi despacho —ordena finalmente, a la vez que, inquieto, se pasa la mano por el pelo.
Pedraz pasa a su lado saliendo del mismo pasillo y, de prisa, regresa a su mesa. Sergio debió de haberle dado orden de que lo avisara en cuanto me viese aparecer y ése es un motivo más por el que lo observo sin saber qué decir. No estoy obnubilada ni nada por el estilo. Martina y Sira lo miran exactamente igual que yo, incluso Gustavo y el resto de mis compañeros. Sergio Herranz no muestra sus emociones, nunca, y, sin embargo, eso es justo lo que está ocurriendo ahora.
—Hola.
Su voz me sobresalta.
Me giro y veo a Marcos, de uniforme, caminar en mi dirección desde los ascensores. Sonríe y yo me obligo a hacer lo mismo. Las chicas han pasado de alucinadas a patidifusas.
—Hola —le devuelvo el saludo algo nerviosa.
—Antes me has dejado preocupado —me explica deteniéndose junto a mí— y he pensado que quizá podríamos comer juntos.
Noto la mirada de Sergio hacerse más intensa sobre mí.
—Sí —murmuro sin mucha convicción.
—Señorita Martín —ruge—, ¿no me ha oído?
—No voy a ir —contesto.
Los pocos compañeros que no nos prestaban atención, ahora lo hacen por mi negativa. El departamento se sumerge en un silencio sepulcral. Sergio aprieta la mandíbula bajo su barba de un par de días sin apartar sus ojos de mí.
—Señorita Martín —me advierte con su voz amenazadoramente suave.
—No —respondo.
Nos mantenemos la mirada. Nos decimos demasiadas cosas sin usar una sola palabra.
Marcos nos observa sin entender nada. Mis compañeros, sin poder creerse que esté desafiando al señor Herranz en mitad de la sala. Mis amigas siguen alucinando. Creo que incluso yo lo estoy haciendo un poco.
—Cande —me llama Martina acuclillándose junto a mí—, Sergio no va a rendirse y todos —continúa haciendo un especial hincapié en ese último vocablo, y de inmediato entiendo a quién se refiere— os están viendo.
Calibro su comentario y no tardo más de un segundo en comprender que tiene razón. No quiero empezar mi relación con Marcos teniendo que dar explicaciones sobre cómo acabó la que tuve con Sergio, y tampoco me gustaría ponerlo en una posición en la que tenga que confiar en mí sin que yo suelte una palabra... eso ya lo hice esta mañana. Así que, sin que me quede otra, me levanto a regañadientes, destilando una ira termonuclear, pero, antes de dirigirme hacia su despacho, me vuelvo hacia Marcos.
—Sólo será un momento —me disculpo, y él asiente.
Sin mirar a Sergio ni un mísero instante, echo a andar hacia su despacho. Él sí me observa a mí, o más bien me fulmina con la mirada. Entro en su oficina y la simple idea de estar aquí me sacude. La puerta se cierra con un sonoro portazo a mi espalda. En un segundo todo se hace demasiado intenso.


     ¡Mil gracias por todo, Cristina! Esperamos que os hayan gustado la entrevista y el fragmento inédito de la historia. Os podemos asegurar, con conocimiento de causa además, que esta novela os va a enamorar. Mientras preparamos su reseña, os dejamos la de la primera parte de la bilogía aquí. ¡Feliz día! ¡Nos leemos pronto!


5 comentarios:

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